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viernes, enero 18, 2008

La depresión tiene varias caras

Es útil dividir la depresión en subtipos tanto para el tratamiento como para prever su duración

La depresión no se ajusta a un solo tipo. Desde hace tiempo los profesionales de la salud mental saben que los pacientes muestran diferentes síntomas clínicos y que éstos pertenecen a distintos subtipos de depresión.
Los límites entre subtipos son a menudo confusos, con síntomas que se superponen los expertos no llegan a ponerse de acuerdo en un correcto sistema de clasificación, pero los investigadores clínicos sugieren, sin embargo, que la división de la depresión en subtipos es sumamente útil para mejorar tratamientos y estimar el tiempo de recuperación del paciente.
Durante el transcurso de un congreso en el que se reunieron doctores en psiquiatría americanos se discutieron cinco subtipos de depresión mostrados por la mayoría de pacientes:
• Depresión atípica, con estudios que demuestran su aparición en el 23 al 36% de los casos insuficientemente reconocidos.
• Depresión ansiosa, que sufren un 40% de pacientes con trastorno depresivo mayor y que representa un gran desafío en la mayoría de los tratamientos.
• Depresión melancólica, una grave forma de trastorno muy común entre personas hospitalizadas de depresión.
• Depresión vascular, una nueva variedad reconocida que refleja la existencia de un trastorno cardiovascular más común entre personas mayores de 60 años.
• Depresión psicótica, una grave forma de trastorno que se distingue por ilusiones congruentes acompañadas por cambios específicos en el tejido cerebral.

Estas distinciones aparecieron hace ya algunas décadas basándose en la variación en las respuestas que se apreciaban en los tratamientos disponibles en aquel momento. Las investigaciones demuestran que la disección en subtipos de la depresión puede incluso ser más válida hoy en día. Los subtipos pueden representar vías biológicas distintivas del trastorno y proporcionar pistas de las múltiples formas de depresión que pueden surgir y manifestarse.

“Una depresión atípica puede manifestarse en depresión unipolar o bipolar”, informa el psiquiatra Jonathan W. Stewart, de la Universidad de Columbia. “Los pacientes con esta variedad de trastorno—alrededor de 10 millones de americanos—tienen lo que los médicos etiquetan: reactividad de humor: pueden mostrar un entusiasmo de al menos un 50% en respuesta a acontecimientos positivos en su vida, si bien temporalmente.

La depresión ansiosa cubre una extensa área gris donde los síntomas de la depresión y de la ansiedad coexisten o interactúan. Los pacientes suelen tener, por lo general, sentimientos de baja autoestima y pesimismo, excesiva preocupación y culpa y son incapaces de de disfrutar de las cosas. El trastorno se expresa físicamente en una disminución del apetito, falta de sueño con frecuente despertar en el caso de conseguir conciliarlo e intranquilidad y agitación psicomotora.
En un estudio realizado a unos 255 pacientes con depresión conducido por el psiquiatra Maurizio Fava, de Harvard informó que el 51% se encontró que padecían de ansiedad además de depresión. No está claro si la ansiedad es consecuencia del sentimiento de baja autoestima pero en 40% de los depresivos ansiosos, el trastorno de ansiedad empezó primero.
Entre los que su ansiedad toma la forma de fobia social y ansiedad generalizada, la ansiedad tiende a preceder al trastorno depresivo mayor. En el caso de trastorno de pánico sigue, por lo general, al comienzo del trastorno depresivo.
Los pacientes jóvenes —de un promedio de edad entre 20.6 y 28.4 solo con depresión mayor—resultan significativamente dañados y cuesta mucho más su recuperación. Parece que responden menos al tratamiento y son más susceptibles a las recaídas, además de experimentar menos cambios en los síntomas depresivos.
El trastorno puede tener sus orígenes en los primeros años de vida entre niños de distintos temperamentos que demuestran miedo a las novedades. La ansiedad y la depresión pueden tener su consecuencia en altos niveles de hormonas en el sistema de respuesta de estrès del cuerpo.
La depresión ansiosa plantea a los doctores por lo general un dilema en cuanto a su tratamiento. Muchos buscan el uso de antidepresivos que poseen propiedades sedativas, aunque no está claro que lo necesiten, dice el Dr. Fava. Los estudios muestran que todos los antidepresivos trabajan igualmente bien contra este tipo de depresión, si bien pueden requerirse altas dosis. Todavía en la práctica se tiende a prescribir una combinación de medicamentos para este tipo de pacientes, por lo general, un tranquilizante junto con el antidepresivo.
Dada una ansiedad cotidiana, los depresivos de este tipo son por lo general sensitivos a las sensaciones del cuerpo. Como resultado de ello, los efectos colaterales de los medicamentos comunes—como problemas gastrointestinales—son causa a menudo de un tratamiento discontinuo. Incluso cuando el tratamiento continua, la remisión puede tardar largo tiempo. La terapia cognitiva puede ser de gran ayuda.

La depresión melancólica es a menudo sinónimo de depresión severa y es más común entre los pacientes hospitalizados por depresión que entre los que no lo están. Las personas afectadas no encuentran placer en casi ninguna actividad y no reaccionan a los estímulos que los ocasionan. Pueden experimentar extrema lentitud de movimientos o, por otra parte, agitación. Su depresión es a menudo más acusada durante la mañana y se acompaña de falta de apetito y pérdida de peso.
Los depresivos melancólicos pueden estar inmersos en pensamientos y experiencias una y otra vez, sintiéndose excesivamente culpables. Su depresión forma parte de su vida: cuantos más episodios experimenta, más autónomos parecen éstos y menos pueden desligarse de los acontecimientos estresantes. Los pacientes no responden a la psicoterapia, por lo menos no antes del tratamiento con medicamentos, informa el Dr. J. Craig Nelson, de la Universidad de Yale.

La depresión psicótica fue antaño otro término para la depresión severa, aunque cuantas más herramientas científicas se aplican para diseccionar el trastorno, mayor número de variedades aparecen, en especial biológicas. No solo es este tipo de depresión severa se aprecia un deterioro de la vida cotidiana y marcada por intentos de suicidio, se acompaña de ilusiones que reflejan el humor depresivo y el sentimiento de culpa de los pacientes.
“Algunos test biológicos muestran anormalidades en el sistema que controla la producción de hormonas, revelando atrofias significativas, dice la Dra. Linda L. Carpenter, de la Universidad de Brown. “La disminución de tejido cerebral refleja los efectos tóxicos de un exceso de hormonas del estrés, denominadas cortisol”.
“A pesar de la proliferación de medicamentos antidepresivos, el mejor tratamiento para la depresión psicótica es la terapia de electroshock, si bien la medicación puede ofrecer ciertas ventajas”. La Dra. Carpenter cita específicamente los agentes que interfieren co el cortisol bloqueando sus receptores.