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lunes, octubre 20, 2008

Después del divorcio, el hombre tiene dos veces más probabilidades de caer en depresión

De acuerdo con un estudio canadiense los hombres tienen el doble de posibilidades de caer en una depresión después de que su matrimonio se haya roto.
Mientras que hombres y mujeres cuyo matrimonio se ha deshecho corren el riesgo de caer en depresión en mayor medida que aquellos que logran salvarlo, el estudio canadiense demostró que los hombres divorciados o separados informan padecer seis veces más un episodio de depresión comparado con los que se mantuvieron casados.
Las mujeres separadas o divorciadas, por su parte, presentan sólo 3,5 veces más probabilidades de experimentar una depresión que aquellas que conservan su relación.
El estudio demostró que mientras que hombres y mujeres tienen mayor riesgo de depresión a los dos años de la disolución del matrimonio o la relación, la mayoría de las personas comentan que la depresión remitió dentro de los cuatro años posteriores a la ruptura con su pareja.
“Por una parte sabemos que la depresión suele ser más común entre las mujeres, pero existe también la evidencia de que los hombres no disponen de tantas herramientas sociales como la mujer y esta circunstancia parece jugar un papel importante”, observa el autor del estudio Michelle Rotermann.
“Quizá una de las razones por las que el hombre está más en riesgo de experimentar una depresión subsiguiente a la separación sea debido a que una de las fuentes principales de soporte social es su esposa o su compañera y ya no dispone de ese refuerzo”, dice Rotermann, también analista del departamento de estadística canadiense.
El estudio se basó en datos del Servicio Nacional de la Salud, tomados a intervalos de dos años entre 1994 y 2005. Los 7.614 entrevistados con edades comprendidas entre 20 y 64 años, se encontraban libres de depresión y con pareja la primera vez que fueron entrevistados.
Como promedio, poco más del cuatro por ciento de las personas entre edades comprendidas entre 20 y 64 casados o viviendo en pareja se separaron dos años después cuando se les entrevistó de nuevo.
Se comprobó que el 12 por ciento de las personas que ya no vivían en pareja informaron padecer un episodio de depresión, mientras que sólo el tres por ciento de los que aún mantenían su relación, habían sufrido nuevas depresiones.
El 19% de los hombres sin pareja sufrieron un declive en sus relaciones sociales, en contra del 6% que continuaron con su pareja y que experimentaron el problema. Entre las mujeres, la proporción fue del 11% sin relación y 5% las que la conservaron.
Por: Dr. Rick Nauert
Fuente: Statistics Canada

lunes, septiembre 29, 2008

Migrañas y depresión

De acuerdo con un reciente estudio, las mujeres que padecen dolores de cabeza crónicos, especialmente migrañas, tienen cuatro veces mayor riesgo de padecer depresión mayor que las que sólo reportan dolores de cabeza episódicos. Las mujeres con dolores de cabeza crónicos indican sentirse también cansadas y sufrir con frecuencia enfermedades físicas graves.

El estudio realizado a más de mil mujeres en cinco estados con diagnóstico clínico de dolores de cabeza se encuentra en la revista científica de la Academia Americana de Neurología de enero de 2007. De ellas, 593 con dolores de cabeza episódicos (menos de 15 episodios por mes) y 439 con dolores de cabeza crónicos (más de 15 episodios por mes). El 19% de las mujeres fueron diagnosticadas de padecer migrañas.

Demostró que las mujeres con episodios crónicos tenían cuatro veces más riesgo de caer en síntomas de depresión mayor. Las personas que sufrían dolores de cabeza crónicos tuvieron también un alto grado de síntomas relacionados con éstos como: baja energía, problemas con el sueño, nauseas, mareos, dolor o problemas estomacales, de espalda, brazos, piernas y articulaciones.

Entre los pacientes diagnosticados de migrañas graves, el estudio encontró mayores probabilidades de depresión viéndose incrementadas si el paciente reportaba también otros síntomas graves.

“Los síntomas físicos dolorosos pueden provocar o ser una manifestación de depresión mayor en mujeres que padecen dolores de cabeza crónicos y la depresión puede aumentar la percepción de ese dolor”, dice el autor del estudio Gretchen Tietjen, de la Universidad de Toledo-Campus de Ciencias de la Salud y miembro de la Academia Americana de Neurología.

“Esa relación entre migraña y depresión mayor sugiere una neurobiología común”. Tietjen dice que los estudios se dirigen a probar que el dolor de cabeza agudo, síntomas físicos severos y depresión mayor pueden relacionarse a través de la disfunción de la serotonina en el sistema nervioso central.

“Aparte de las causas que originan la relación entre migraña y depresión, las enfermedades psiquiátricas como la depresión complica el control del dolor de cabeza y puede dificultar las resoluciones del mismo”, comenta Tietjen.

Por: Dr. Rick Nauert
American Academy of Neurology

lunes, septiembre 15, 2008

¿Cómo eliminar la desesperación en un proceso depresivo?

Una de las mejores formas para manejar una depresión es separar sus diferentes capas. En mi experiencia como psicólogo clínico he podido constatar que los problemas que contribuyen a la falta de ilusión, parálisis y a la desesperanza son a menudo claramente separables.
Para la mayoría de las personas la capa superior es la depresión de estar deprimido, desesperado y desesperanzado. Consiste en una respuesta emocional y de comportamiento a los síntomas de la depresión.
Se apoya en los pensamientos negativos que la persona tiene de sí mismo: Nadie me quiere como yo necesito”, “Si estoy deprimido, no soy un hombre real”, “No soy una mujer atractiva si estoy deprimida”.
Algunas personas asumen que las experiencias negativas que están percibiendo—adversidades, rechazos o dificultades—originan directamente su depresión. Ello les impide tomar conciencia de sus problemas; se sienten desconcertados y desmoralizados. Es más fácil distinguir la capa superficial que los sentimientos que se ocultan debajo de ésta.
He visto que cuando las personas se sienten menos deprimidas por el hecho de estarlo, a menudo, ese primer nivel de depresión es menor.
• Para empezar a dar solución al trastorno, debe primero sintonizar con sus sentimientos: estar deprimido, sea cual sea el significado que tenga para usted, puede ser sentirse aletargado, pasivo, herido, autocompasivo; luego, preguntarse acerca de qué: “Me siento rechazado” o “estoy pasando un mal momento de mi vida”. Es un problema práctico al que debe ajustarse lo más posible: “han rechazado mi informe”, “he sido rechazado por 25 personas en un programa contactos on-line”, etc.
Cuando asume que no puede seguir adelante porque está totalmente abatido, es una pista de que le deprime el hecho de estar deprimido. Es posible que se sienta avergonzado de estar deprimido, trastornado y ansioso.
Sentirse deprimido, por estarlo, crea un círculo de desesperanza, pasividad, aislamiento y evitación de ida y vuelta por el que todavía se deprime todavía más. Al separar las capas de la depresión se cortan los vínculos de ese círculo.
La capa más primaria de desesperación es emocional pero estas emociones tienen consecuencias de comportamiento. Llevan a la evitación, pasividad, quizá a la agresión y sugiere que la depresión evolucionó de una razón que hace que la persona se retraiga. Una situación más favorable, impulsa a ver la entorno problemático de forma diferente.
Lo mejor es deshacerse de la depresión de estar deprimido. Permite actuar sobre el problema primario.
• Una vez separado el problema emocional del problema práctico primario, se pueden identificar las creencias que tiene sobre usted mismo. “Debo ser amado”, “deben reconocer lo que hago bien”. Son filosofías emotivas clásicas racionales o estilos mentales que fomentan la depresión.
• Existen creencias sobre el mundo: “El mundo debería reconocer mi mérito”, o “Necesito una garantía de éxito, de otro modo es muy duro vivir con mis sueños y esperanzas”. La creencia de que las cosas deben suceder como se quiere puede llevar a muy destructivas consecuencias: “El mundo debe verme de una manera justa y favorable, si no el mundo es tremendamente destructivo”.
• Debido a que la depresión a menudo tiene valores adaptativos, puede ser útil identificar creencias para preguntarse si el estar depresivo tiene un saldo positivo para usted.
Cuando estamos deprimidos nuestro ánimo se encuentra reducido. También de forma inconsciente buscamos desesperadamente afecto y atención por parte de aquellos que debería darnos amor. La depresión puede permitirnos discernir quien nos ama; es muy duro fingir afecto por alguien que está deprimido; los deprimidos son irritables y negativos. El saldo pueden ser indicios de las creencias que sostenemos.
• El siguiente paso es cuestionarse esas creencias. “¿Cuáles son los efectos funcionales de mis creencias de que estoy en lo cierto”?, “¿por qué deben amarme?”, “¿por qué debo tener éxito?”, “¿por qué me lo merezco?” Es necesario romper esas creencias absolutas.
Puede entonces ver el problema práctico: adversidad, frustración, dolor de cervicales...
• Es útil encontrar humor en las creencias que sostiene sobre usted mismo. Ese proporciona una forma de ver las cosas de forma diferente. Recoloca nuestras creencias.
Si un paciente dice: “no puedo soportar equivocarme ni tampoco que me desaprueben”, podemos aplicar cierta ironía sobre los “horrores” que nunca suceden cuando pasa alguna de esas cosas. Podemos hacer verle al paciente que el rechazo no implica que una persona está hablando por toda la humanidad; sólo que existe una falta de ajuste en ese caso.
• Después de examinar la creencia de frustración que le tiene deprimido, todavía queda un sentimiento de infortunio y enojo sobre el problema práctico. Ese es el punto en el que deben asentarse las habilidades necesarias para hacerse con el problema primario. Cuanto menos malhumorado y deprimido más capaz será de aprender estas habilidades.
A menudo se trata de habilidades interpersonales. Una forma de hacerlo sobre la vida y la vida social es probar y equivocarse. La depresión, sin embargo, subvierte pruebas y equivocaciones y por ende la adquisición de habilidades prácticas. Por tanto el pago es acarrear con el regreso de la depresión al sentirse mal porque detiene el aprendizaje de lo que puede trabajar en su favor.
Aprender habilidades de vida no sólo le hace menos depresivo, sino que evita el estarlo. Le hace más seguro, más capaz de alcanzar y producir éxito.
La biología de una depresión atípica no ha sido delineada, debido a que las pruebas fisiológicas aparecen normales en la mayoría de los pacientes. Aunque los patrones de respuesta a las imágenes mixtas sugieren que las partes del cerebro que interpretan las emociones no están trabajando como podría ser habitual.
Por: Nando Pelusi
Psychology Today Magazine

viernes, mayo 09, 2008

Una dieta equilibrada evita problemas de salud mental

Existe una creciente evidencia de que la dieta juega un papel muy importante en problemas de salud mental específicos como: hiperactividad y falta de atención, depresión, esquizofrenia y Alzheimer.
La presencia de depresiones en la población mundial ha aumentado significativamente en las últimas décadas, acompañado de una disminución en las edades en que suelen hacer su aparición, pudiendo contabilizarse más casos en niños, adolescentes y jóvenes adultos. También la incidencia de los trastornos alimenticios está al alza.
La incidencia en esquizofrenia es similar en todo el mundo aunque con diferencias entre países. Esto implica que los factores ambientales pueden jugar algún papel determinante en cuanto a la duración y gravedad de los síntomas, siendo la dieta uno de los puntos que actualmente está atrayendo el interés científico
En los últimos cincuenta años, la enfermedad del Alzheimer ha adquirido un carácter más común y se cree que ello es el resultado de una combinación de factores, como la edad de la población, así como genéticos y ambientales.
La evidencia del aumento epidemiológico sugiere que la dieta puede ser uno de esos factores ambientales con informes relevantes que asocian el Alzheimer con una alta consumición de grasas saturadas y un bajo porcentaje de vitaminas y minerales.
Los servicios que se encargan de una buena salud mental y que dirigen sus esfuerzos hacia una dieta y nutrición adecuadas informan que se consiguen resultados altamente prometedores particularmente entre aquellos pacientes que experimentan trastornos de hiperactividad y falta de atención y depresión. Sin embargo, no existe todavía investigación y fundamentos suficiente probados como para llegar a conclusiones firmes en este sentido.
Algunos alimentos dañan al cerebro mediante la afluencia de toxinas y oxidantes
que pueden perjudicar a sus células, si bien, por otra parte, existen muchos más
nutrientes que pueden mejorar el estado de ánimo y el funcionamiento mental.

Mediante una dieta que aporte las cantidades adecuadas de carbohidratos, grasas esenciales, aminoácidos, vitaminas y minerales, así como agua puede conseguirse un equilibrio del estado de ánimo y sentimiento.

Asimismo, las investigaciones indican que una aportación nutricional adecuada, facilita el éxito académico. A este respecto, un buen número de estudios informan que la ingestión de un buen desayuno por parte de los niños es esencial para mejorar su actividad durante un largo día académico.

Las dietas complementadas con vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales en jóvenes con problemas han derivado en resultados significativos por lo que respecta a reducciones de comportamientos antisociales.
• Vía: Mental Health Fundation