El uso y abuso de medicamentos antidepresivos causan crisis de ansiedad tan graves e incontrolables que pueden provocar pensamientos suicidas, por lo que este tipo de fármacos deben ser exclusivamente administrados y vigilados por el médico tratante.
Su consumo se ha convertido en moda, pues además de que se pueden adquirir sin receta médica, hay personas que los ingieren pensando que sufren de depresión, cuando en realidad lo que padecen es una transitoria tristeza o decaimiento ante algún suceso difícil de la vida, que de ninguna manera requiere un fármaco de esa naturaleza, sino cuando más, apoyo psicológico.
Marco Antonio Pizarro, asesor médico del IMSS, dice que a diferencia de una alteración afectiva temporal, la depresión es un trastorno que permanece durante más de cuatro semanas y sus síntomas se agudizan día con día. Se caracteriza por decaimiento, sensación de tristeza, apatía y fatiga importante, así como el nulo interés o falta de gusto por las actividades cotidianas que anteriormente le provocaban diversión, satisfacción y alegría. Explica que aunque en la depresión existe un factor hereditario, hay algunas medidas que disminuyen el riesgo de sufrir de este trastorno, como el mantener una estrecha comunicación familiar, de tal forma que el niño, joven o adulto no se sienta abandonado, sino al contrario, querido.
En el infante es importante fomentar una personalidad más segura y con autoestima elevada, ambos hechos ayudarán a la persona a saber afrontar la problemática que tenga en la vida.
Añade que ni la tristeza temporal, ni el sentirse con baja autoestima (por ejemplo, el sentirse mal porque le llamaron la atención en su trabajo o por conflictos familiares) son depresión, sino sensaciones y reacciones normales que forman parte de las variaciones del estado de ánimo de todo ser humano. “Es normal que se tengan partidos de tristeza y decaimiento” y es ahí donde se confunde con depresión y se abusa de los antidepresivos.
El doctor Pizarro dice que muchas personas piensan que los antidepresivos son pastillas mágicas; sin embargo, no es así, pues aún bajo prescripción médica, causan en las dos primeras semanas crisis de ansiedad – su efecto antidepresivo se presenta después de 15 días-, por eso la importancia de quienes las utilizan estén bajo el cuidado estrecho del médico, quien valorará su evolución y determinará si se le baja la dosis.
Insiste en que “hay que tener mucho cuidado con la dosis”. Comenta que la depresión hoy en día se está detectando hasta en adolescentes, (entre los 15 a los 20 años) pero es más frecuente de los 25 a los 40 años, o sea en la etapa productiva de la vida, donde los factores de riesgo se acentúan como exigencias económicas, laborales, escolares y conflictos de pareja o disfunción familiar.
El efecto de los antidepresivos, agrega, es que modifican los llamados receptores, “serotonina” la cual se incrementa y actúa como una especie de “estimulante” durante los primeros días de su consumo, por la que causa ansiedad. Sin embargo, el abusar de estas sustancias, tomarlas en dosis o tiempos inadecuados o abandonar el tratamiento repentinamente, provoca severas crisis que llevan al paciente a tener ideas suicidas.
La depresión es uno de los trastornos afectivos más extendidos. Las personas que la padecen suelen experimentar un estado de abatimiento e infelicidad recurrente. Este trastorno requiere de tratamiento psicoterapéutico, así como del apoyo de amigos, familiares y otros agentes sociales.
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domingo, octubre 01, 2006
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